Hace un par de semanas, en esta carta, escribí: “Con tus libros de verano no tengas piedad: si no te está gustando, regálaselo al primero que veas por la calle. Déjalo en una cuneta, alguien lo recogerá. Un buen libro en verano puede hacer que te sientas bien en todo lo demás, así ya estarás veraneando. ¿Cómo saber si has dado con un buen libro o si ahí fuera hay algo mejor? Hazte esta pregunta: Durante el día, aunque estés pasándotelo bien, ¿estás deseando que llegue la noche para volver a leer? Sé un poco infiel a todo el mundo, tu libro y tú tenéis un summer fling que no va a pararlo nada ni nadie. Lo recordarás toda la vida y las revelaciones que te haya aportado te acompañarán en los momentos más duros del invierno.”
Hoy quiero ayudaros a asegurar este encuentro. Voy a hacer una lista de libros que recomiendo en función del estado mental en el que os encontráis este verano. Si no os veis reflejados en ninguno de estos puntos, describídmelo en comentarios y haré todo lo posible para que deis con vuestro libro.
Si lo que buscas es conectar con la cadencia lenta de los días, dar con revelaciones cotidianas que transformarán tu forma de ver la vida, si te apetece una prosa perfecta que camine a tu lado recordándote lo milagroso que es lo minúsculo, este es tu libro: