Writers' Room: HARD
La primera cápsula de Writers' Room, una sección dedicada al oficio de escribir, se ha escrito desde un bar para escritores en Tokyo que no deja que te vayas hasta que termines el texto (no es broma)
¿Cuántas veces hemos deseado tener a una mamá imaginaria a nuestro lado que nos vaya preguntando cómo vamos cuando estamos cerca de la fecha de entrega de un trabajo? Es una voz dulce de forma y severa de fondo. Esa mamá nos trae té verde con jengibre al escritorio, nos da un ligero masaje en los hombros antes de dejarnos a solas, nos recuerda vigilar la postura y borrar cualquier párrafo que no refleje nuestra verdad. Pues resulta que estoy aquí, en Tokyo, pagando por un apoyo similar.
Nunca habría podido anticipar que la primera entrada de Writers’ Room se escribiría en una cafetería en Japón cuya premisa es que este es un lugar dedicado a escritores on an imminent deadline. Un Bar para Escritores en Apuros.
Son las once de la mañana de un sábado lluvioso en Tokyo. Lo que iba a ser un tifón se ha convertido en una tormenta tropical que se ha convertido en una lluvia débil y constante. Estoy sentada en la barra de un pequeño bar, separado por tablas negras. A mi lado está escribiendo una chica japonesa que no llegará a los veinte años. El silencio es de biblioteca la noche antes de un examen de Derecho Romano. Solo se escuchan las teclas del ordenador de los otros siete escritores. ¿Qué estarán escribiendo? Desearía entrar en sus pantallas.
En el formulario tacho la casilla en la que consiento que el checking Progress sea Hard. Podría haber puesto Mild o Normal pero la parte de mi cabeza que busca historias ha cruzado la casilla HARD. Siento un miedo súbito. Cuando le he devuelto el formulario, le he comentado al ¿camarero? ¿editor? ¿vigilante? ¿funcionario de prisión?: “I don’t really know what I just signed up for” y no sé si me ha entendido o no, pero no ha querido devolver mi comentario con ninguna palabra reconfortante, solo con una sonrisa críptica.