Operación Triunfo
BTS del taller de escritura que di en OT: síndrome de la impostora
¿Qué se hace cuando La Academia te propone dar un taller de composición de letras?
Entras a la web de Acne Studios y buscas un jersey que te haga sentir bien. Le pides a Chanel Beauty que te maquille y te pasas la mañana antes del taller hablando con la artista sobre vuestros hijos, bótox y conejos domésticos. Te pones las botas Margiela.
Tu idea es compartirles la verdad de cómo ves las cosas con respecto al oficio de letrista. No es tan diferente (nada diferente) del oficio de poeta. Solo que ese poema tiene que encajar en un cohete llamado Melodía, directo al corazón y alma de quien lo escuche. Impartes la clase y al cabo de unos días lo cuelgan aquí. Todo lo que digas puede ser usado en tu contra porque va a vivir más que tú en un vídeo colgado ad eternum en el Océano de Internet.
¿Decir que quieres compartir Sólo la verdad en este mundo de grises no es una bandera roja que alerta precisamente de lo contrario, de La Mentira? Pero tú quisiste hacerlo, decir la verdad. No por cuestiones morales, en absoluto, sino por cuestiones prácticas. De pequeña tu padre te dijo una vez que hay que decir la verdad, lo que se te quedó grabado fue cómo terminó la frase: “…porque no es práctico decir mentiras.” Que apelara a la practicidad en un algo tan dominado por la moral es lo que hizo que el consejo sobreviviera en tu memoria.
Si dices la verdad te ahorras ponerte roja, no tendrás que aprenderte nada de memoria. Podrás captar la atención de quien te escuche, hacer bromas, gesticular dando forma a tus ideas en el aire.
¿Hay otro motivo por el que dudo tanto si dar la clase o no?