Decimos «se pone el sol» sabiendo perfectamente que no es él quien se mueve de lugar. (Milenios perpetuando la misma mentira en el lenguaje, antes que herir a nuestro ego.)
Quien no vio la oportunidad llamará oportunista a quien sí lo hizo.
Decimos «¡Amiga!» cuando alguien nos desvela el motivo oculto de algo que no sabíamos. Lo usamos incluso con quien acabamos de conocer. Yo misma se lo acabo de decir a la florista después de explicarme que los nardos sólo florecen en verano porque son originales de México. Nos sale esta palabra cuando alguien hace justo lo que se espera de una amiga: traer a la luz lo que estaba oculto hasta ese mismo momento.
Si tu cabeza te está jugando una mala pasada, hay una pregunta sencilla, al alcance de tu mano, capaz de transformar esa energía en cuestión de segundos: