Cosas que echaría de menos / Cosas que no echaría de menos
En honor a la lista de Nora Ephron que se llama exactamente igual (menos en el tiempo verbal)
Cosas que echaría de menos:
Las mañanas, casi todos los tonos del color azul, saber que está dormida, regar, escuchar su respiración, la casa en silencio, los cuchillos de madera, recibir un mensaje de una nueva amiga que ponga: “mira las estrellas.”
Cosas que no echaría de menos:
Los lavabos públicos, el insomnio, las facturas (enviadas y emitidas), la angustia, la ansiedad por envejecer, la posibilidad de que el dolor nunca termine, los hipopresivos, el suelo pélvico, agacharme, temer que le pase algo, sentir el dolor de mis hermanos como si fuera mío, el IVA retenido, casi todos los tonos de la depresión.
Cosas que echaría de menos:
Su ropa minúscula, sus zapatos minúsculos, su vida minúscula que nunca va a ser tan inmensa como lo es ahora, los lirios blancos, los ranúnculos, los tulipanes, los cielos, haber quemado la pregunta de qué es ser madre, los árboles frondosos, el Norte de esta isla, el café.
Cosas que no echaría de menos:
La palabra “muselina” (habría deseado morir sin conocerla), las moscas, cortarme las uñas, el auto-mantenimiento inescapable que viene junto con tener un cuerpo, beber agua todos los días, los aeropuertos, el aire acondicionado, los mosquitos, que el de delante se haya dejado los intermitentes puestos, sentirme soberanamente timada por Oatly y sus supuestos beneficios para la salud.
Cosas que echaría de menos: