Hay cosas cuya palabra asignada no le hace justicia. Anacardo: esta delicia de los cielos no se merece un nombre tan pocho. Piscina: es mucho más sexy que las letras que encadena. Zapato: unos mocasines Sebago todavía podrían encajar con la palabra, pero las nuevas Simone Rocha x Crocs nada tienen que ver con una Z sucedida de una P, ni hablar.
Hay otras cosas, en cambio, cuya palabra suena exactamente como lo que son. Una de ellas es la que en la última semana ha salido de mi boca muchas más veces de las que me habría gustado. De un día para otro, he pasado de no haberla pronunciado jamás a no poder evitarla.